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lunes, 6 de mayo de 2013

“El mundo debe adaptarse a los Estados Unidos”

Por Ernesto Gutiérrez Pino

No podía pensar igual que él. Mi educación, mi cultura y mis vivencias eran diferentes. Yo preguntaba de distancia en kilómetros, él respondía en millas porque, aunque el mundo utiliza el Sistema Internacional de Medidas, en el país de Abraham Lincoln no cambian. “El mundo debe adaptarse a los Estados Unidos”, dijo mi interlocutor.
Era esa la idea arraigada de un estadounidense del estado de Ohio, quien no pudo librarse del pensamiento hegemónico que le inculcaron desde su niñez.

David Rothkopf, autor de El Club de los Elegidos, presidente de Garten Rothkopf y profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad de Columbia, debió recibir similar educación para llegar a decir: “… es interés político y económico de Estados Unidos asegurarse de que si el mundo se dirige hacia un idioma común, éste sea el inglés; es interés político y económico de Estados Unidos asegurarse de que si el mundo se dirige hacia normas en materia de calidad, seguridad y telecomunicaciones comunes, éstas sean americanas; de que si el mundo se está interconectando a través de la música, la radio y la televisión, su programación sea americana...” (1)

Internet no escapa como arma política de la era actual y para cumplir con los propósitos de querer dominar al mundo o para que este se parezca más a los Estados Unidos de América, los grandes medios noticiosos, como The Washington Post, The New York Times, The Voice of America (VOA), por solo mencionar tres, han emigrado hacia el nuevo espacio de comunicación, promoviendo el inglés, la música, el estilo de vida norteamericano, su visión del mundo y lo que es noticia o no.

La industria cinematográfica, con sus dibujos animados que muestran al gato como el malo, el perdedor y al ratón como el bueno, el héroe que siempre gana, y los videos juegos infantiles de corte bélico, donde se socializa la violencia y el odio contra países que no les agradan, como es el caso de una Venezuela Bolivariana o una Cuba, humanista y solidaria, también desempeñan su función ideológica en el afán de tratar de cambiar patrones tradicionales de conducta e idiosincrasia.

Radio, televisión y cine se han readaptado para garantizarse la continuidad de su supremacía, por lo que las formas culturales que prevalecerán en la sociedad del presente y futuro serán las dominantes en la red de redes. 

Por fortuna, internet es muy amplia y en ella también hay espacio para otras minorías culturales, por lo que los países deberán hacer más énfasis en el estudio de su historia y cultura nacionales, como forma de fortalecer su identidad y contrarrestar la ofensiva mediática que les llegan desde exterior

Es perceptible y claramente se puede ver que a pazo doble se acerca la ofensiva los poderes que quieren convertir a Internet en una red donde una mayoría termine atrapada para que acate el modelo de sociedad y forma de pensar, que en sentido general, se vive en los Estados Unidos de América.


Nota:
1. Rothkopf, David: “In Praise of Cultural Imperialism?”, Foreign Policy, n.º 107, verano 1997, pp. 38-53.

 

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